Machine Learning, ¿el eterno adolescente?

Digitalización
“El análisis avanzado de datos es una ciencia madura con multitud de casos de éxito que deben convertirse en una commodity”

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Llevo ya unos cuantos años trabajando en el ámbito de la ciencia de datos, siendo testigo de su continuo crecimiento, a nivel tecnológico, y del interés que genera en las empresas, donde todos, sin excepción, tenemos puesto el foco para sacar el máximo partido a los datos que tenemos disponibles, ya sea para mejorar nuestros procesos operativos y la experiencia de nuestros clientes y consumidores o para crear nuevas oportunidades y modelos de negocio.

PersonasY tras todos estos años de experiencia en este ámbito, una máxima que he visto repetirse en varias ocasiones es la descripción de disciplinas como Machine Learning, Data Science o Inteligencia Artificial, palabras que aparecen en cualquier documento estratégico o conversación de negocio, casi siempre, como entes poco maduros, con horizontes no accionables en el corto plazo. Es decir, como adolescentes en proceso de desarrollo que todavía no se valen por sí mismos.

Al oír esto, mi respuesta es siempre la misma: el análisis avanzado de datos no solamente es una ciencia madura con multitud de casos de éxito, cuyo impacto aparece reflejado en las cuentas de resultado de multitud de compañías, sino que deben convertirse en una commodity, un básico en la toma de decisiones de cualquier empresa tanto desde un punto de vista táctico como estratégico.

PersonasPara comprender el porqué de mi respuesta, quizá, sería bueno echar la vista atrás. Viajar a principios de la década de los cincuenta y ver al matemático Alan Turing crear el test que llevaba su nombre y que era capaz de evaluar si una máquina es inteligente; irnos a 1952, cuando un pionero como Arthur Samuel escribió el primer programa informático que podía aprender por sí mismo; o, por ejemplo, desplazarnos hasta 1958, cuando Frank Rosenbatt diseñó la primera red neuronal (Perceptrón). Y tras unos cuantos avances clave más, llegamos a 1997, año en que se acuña por primera vez el término Big Data por los investigadores de la NASA Michael Cox y David Ellsworth. Estas son algunas de las señales que marcan el camino, el pistoletazo de salida para este cambio de paradigma, que muestra que procesar grandes cantidades de información de manera rápida ya es una realidad.

Y, entonces, si el aprendizaje de máquinas (o Machine Learning en su forma anglosajona) es una ciencia con tanto recorrido, ¿por qué sigue habiendo esta percepción de inmadurez en algunos ámbitos de negocio? Según mi experiencia, esto se debe a la visión de "caja negra" que se le ha dado en ciertos momentos, mostrando los procesos de Machine Learning como procesos un poco opacos, que simplemente generan resultados a partir de datos de entrada y no como una ciencia, cuyo suelo está cimentado en dos solventes materiales: la matemática y la estadística.

PersonasEn definitiva, el aprendizaje de máquinas o la inteligencia artificial ya no se pueden considerar tendencias o tecnologías emergentes, sino que son disciplinas totalmente maduras. Nos ofrecen resultados tangibles y accionables en multitud de áreas de negocio. Ahí tenemos, por ejemplo, la computación cuántica o a la Web 3.0, donde la inteligencia artificial, sumada al blockchain, no solo va a tener un impacto enorme a nivel económico, a través de la creación de una nueva economía digital, sino que viene a cambiar nuestra manera de relacionarnos, un punto que puede ser interesante para otro artículo.

Por eso, dejemos de tratar al Machine Learning cómo un eterno adolescente y pensar que todavía está en casa porque ya se ha emancipado y su potencial está disponible para todos. A lo mejor, debemos ser nosotros los que salgamos de casa para verlo.